La búsqueda de la verdad en la tradición dominicana supone un movimiento de la persona en todas sus dimensiones. Esa búsqueda nos habla de sentido y nos refiere a Dios, que es sustento objetivo y horizonte último al que tender. Se hace en común, la recibimos en parte de quienes antes que nosotros estaban en esa búsqueda, y a la que nosotros aportamos quienes somos. No se posee, se descubre. Supone la honestidad consigo mismo, la autenticidad de quién es uno en verdad y quiénes son los otros en verdad. Se traduce en una manera de estar en la vida, con un corazón abierto, con emoción y compasión, con un esfuerzo intelectual de rigor, calidad, excelencia y exigencia.